viernes, 2 de octubre de 2015

Plumas

Desde el niño más pequeño, pasando por el adolescente rebelde o el adulto maduro; la persona más tímida o la más extrovertida; la más grande o la que no llegue ni a un metro de estatura...todos, absolutamente todos, no somos más que simples plumas. Y lo peor es que nunca podemos saber por dónde vendrá el viento. Somos más frágiles que la porcelana, pues ni siquiera nos hace falta un golpe para dejar de existir; a veces simplemente está escrito cuál será el último aliento, aquella bocanada de aire que se llevará nuestra vida. ¿A dónde? Ese es el gran enigma. ¿Hay algo más allá de la vida? Por suerte o por desgracia no podemos saberlo, como dice mi padre, "nadie ha vuelto para decirnos lo bien que se está o si hay algo allí".
Somos tan insignificantes para el resto del mundo pero tan vitales para los nuestros...pero en realidad, me reitero, no somos más que plumas; líneas negras que abarcan unos pocos años, a veces incluso menos, a lo largo de la historia; una tras otra y varias a la vez. Unas de repente dejan de avanzar y otras apenas empiezan a trazar su recorrido. Incluso el más rico termina bajo tierra. Así tiene que ser, solo podemos aceptarlo. ¿Qué vamos a hacer sino? ¿cabrearnos? La pregunta es: ¿CON QUIÉN?


No hay comentarios:

Publicar un comentario