Noticia El Sinodal de Aguilafuente, publicado en El Adelantado de Segovia.
Original:
El
Sinodal de Aguilafuente
Este
fin de semana, del 31 de julio al 2 de agosto, ha tenido lugar El Sinodal, en
la misma localidad en la que fue impreso el libro que le da nombre a la fiesta:
Aguilafuente. Pero antes de nada, déjenme contarles algo de su historia, pues
al ser la primera obra impresa en España y la primera también en nuestro idioma
castellano, honra merece.
Todo
comenzó cuando un obispo se Segovia, Juan Arias Dávila, convocó El Sínodo ni
más ni menos que en la iglesia de nuestra localidad, la de Santa María. Ahora
bien, ¿a qué se debió dicha reunión? Muy sencillo, el obispo segoviano planeaba
llevar a cabo una reforma que no sólo atañera a las autoridades religiosas,
sino también a los laicos. Algunos dictámenes del pequeño (pues sus medidas no
son más de 235x175mm) pero importante libro son, por ejemplo, la
prohibición a los clérigos de vestir de manera ostentosa o hacer obligatoria la
asistencia de, por lo menos, un miembro de cada familia laica a las procesiones.
Por otro lado, la imprenta fue inventada, como todos sabemos,
a mediados del siglo XV por el alemán Juan Guttemberg. Y, como no podía ser de
otra forma, otro alemán, Juan Párix, llegó a España, concretamente a Segovia,
con el invento a cuestas. De esta manera, el obispo anteriormente citado, Juan
Arias Dávila, cogió a Párix por banda y decidió que su obra fuera la primera
impresa en toda España en castellano, siguiéndola después en otros lugares del
país, como Barcelona o Valencia.
Y ahora que ya sabemos la historia, procederé a mostrarles
con palabras la fiesta, en mayor parte cultural, que se celebra cada año en
honor al incunable (todo libro impreso durante el siglo XV) en el que aparecen
las actas de la reunión eclesiástica celebrada entre el 1 y el 10 de junio de 1472. Así pues, este
fin de semana, lo que más abundó fue, por supuesto, el gran repertorio de
teatros, representados tanto en la calle como en lugares cerrados, que reviven
los acontecimientos vividos en aquella época del siglo XV. Una gran perfección
queda impresa en esta obras dramáticas, producto de todo un año de ensayos.
Cabe destacar El Romance del Sinodal, La
Curandera, Las Fabetas o El impresor clandestino, entre otros.
Los niños también jugaron un rol importante, pues en mitad
del camino, la Comitiva medieval hizo
una pausa para que éstos nos deleitaran con sus preciosas danzas del medievo en
la Plaza de la Fuente. Después de este desfile encabezado por la nobleza y
clero en la tarde del sábado, finalizó la jornada con la cena medieval por
excelencia: cerdo asado.
Admirable era el ambiente que se vivía en la Plaza del
Sínodo: con una taberna que ofrecía el típico pincho a la parrilla de El
Sinodal; con el cerdo asándose durante todo el sábado; el sinnúmero de puestos artesanales
a la par que medievales del mercado que adornaba la plaza; un barco que surcaba
las olas de atrás a adelante para los más pequeños...
No faltaron tampoco visitas turísticas guiadas por la villa y
al aula arqueológica de Aguilafuente, Cuentacuentos infantiles, la Ruta de las
Tapas de El Sinodal o conciertos.
Este fin de semana, la villa de Aguilafuente, sin duda, ha
conseguido retroceder en el tiempo.
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