martes, 14 de julio de 2015

Carta al director: ¿avance o retroceso?, publicado en El Adelantado de Segovia

Carta al director: ¿avance o retroceso?, publicado en El Adelantado de Segovia


Hace unos días vi en una red social que se iba a llevar a cabo un trasplante de cabeza. El paciente ruso, Valery Spiridonov, estaba decidido a ponerse en manos de Sergio Canavero, un cirujano italiano que afirma que su proyecto sólo tiene el límite mental de la humanidad. Esta noticia me recuerda a una obra que tengo en mi lista de libros pendientes: El chico de perdió la cabeza, de John Corey Whaley. Y no, no trata sobre un chico que se enamora perdidamente de una chica. Es literalmente lo que el título reza, o en palabras técnicas: un trasplante de cabeza. Creo que no es un libro basado en hechos reales, así que supongo que será una especie de novela futurista (con todo respeto, pues aún sigue en mi lista). Pero precisamente por ese futurismo que emana de él lo hace más maravilloso aún, hasta ahora. Estamos hablando entonces de un libro "fantástico" que se ha hecho realidad. Dentro de poco veremos Nemos (Matrix) por las calles. Pero, igual que hay que mirar el lado bueno de las cosas, también deberíamos considerar lo malo. A nadie más que a mí le fascina y maravillan los avances, soy la primera que se queda ojiplática al volver a la pura realidad después de ver una foto de nuestros antiguos ancestros en blanco y negro. Pero también noto cierto desgaste en la sociedad. O bueno, más bien lo contrario, puesto que la tecnología de hoy en día no nos dejaría usar nuestro cerebro ni tres minutos si recurriésemos constantemente a ella. Como dice un buen amigo mío: "está bien tener el móvil a mano para echar un ojo a las lecciones de historia de 1º de Bachillerato, pero el problema empieza cuando preferimos poder tener esos conocimientos en un segundo en la pantalla antes que en la cabeza." Todo en exceso es malo. Todo.Una pena que ahora estemos rodeados de neandertales con iphones. ¿No sería mejor que intentáramos que la sociedad avanzara desde el punto de vista mental y ya no centrarnos tanto en la tecnología? No estoy menospreciando el avance material, sino el desequilibrio. Quizá el proyecto del trasplante de Sergio Canavero sea un tanto descabellado, pero su afirmación se gana mi veneración. ¿Acaso alguien sabe dónde está el límite?, ¿dónde un avance deja de ser bueno y comienza a perjudicar a la sociedad?Y tu, ¿avanzas o retrocedes?


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