Feliz hasta que se demuestre lo contrario.
No sé qué es lo que más se aproxima a la naturaleza del ser
humano, si la felicidad o la tristeza. Sólo tengo claro que buscamos la primera
sin cesar.<<Buscamos>>. Quizá no haga falta buscar. Ni debajo de la
cama, ni de las piedras, ni "50 pasos en línea recta y otros 20 hacia la
derecha", ni "todo recto hasta el amanecer", ni encendiendo 5
velas cada Luna llena, ni rezando 4 ave marías y 8 padres nuestros antes de
dormir, ni leyendo el primer párrafo de la página 87-línea 14 del "Libro
de conjuros para la vida".
Ahora que, quien quiera, que tenga esperanzas. (Mucha suerte)
Yo creo que tengo una "clave de la felicidad", o igual
una parte de ella, o quizá ni siquiera pueda ser llamada así, pero sólo espero
que algún día a alguien le surta efecto.
¿Por qué no podemos levantarnos por la mañana y simplemente ser
felices? Así, sin más, como si fuera algo innato. De ahí la idea de "Feliz
hasta que se demuestre lo contrario", que guarda bastante parecido con
"culpable hasta que se demuestre lo contrario". Además, nos cuesta
menos trabajo sonreír que llorar.
Obviamente la felicidad no suele durar mucho, siempre surgen cosas
que "nos demuestran lo contrario" y caemos. Pero algo es algo, no es
como despertarnos y estar bajos desde el primer
momento.
Ahora bien, cuando aparecen los primeros síntomas de lo contrario,
se ha de tener una cosa en cuenta: Nada merece ni la mitad de importancia que
lo damos. Nos ahogamos, o nos llenamos de tierra para nada.
También es verdad que, aunque fuera verdad que tuviéramos la
felicidad como algo innato, los primeros síntomas de lo contrario son como
manchas negras en un cielo celeste, y dados los colores, llama más la atención
la mancha, lo que consecuentemente multiplica nuestra preocupación, haciendo
más grande aún, si cabe, la mancha. Al final nos quedamos sin color celeste y,
como se suele decir, lo "vemos todo negro". Por eso mismo, si nos
autoconvencemos de que la felicidad es innata, de que nada ni nadie nos podrá
quitar más de la mitad de esta, seguramente sea más fácil ya no solo
despertarnos con la sonrisa, sino que sea ella la que nos despierte a nosotros.
Tanto así que si alguien nos pregunta: "¿Por qué estás tan
feliz hoy?", tú automáticamente respondas: "Por que no tengo ninguna
razón para estar triste". (Tampoco para estar feliz, pero lo dicho, es más
fácil encurvar los labios que pedirle agua a la glándula lagrimal). Además,
haciendo el esfuerzo
de estar feliz se consigue una perspectiva mucho más útil del día
a día.
También es cierto que la felicidad se trasmite de una persona a
otra, pero también puede pasar de tu "intento de" a tu
"estado". Quiero decir que si finges estar bien, al final te lo crees
(como el mentiroso que se cree sus propias mentiras).
¡A ser felices!
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