miércoles, 22 de junio de 2016

Paraísos de muerte, Rosa Montero.

Por otra parte, los dogmáticos no son necesariamente tontos. Los hay eruditos y bastante listos, que no inteligentes, porque para mí la verdadera inteligencia, la verdadera sabiduría, exige madurez emocional, autocrítica y empatía. Pero, en cualquier caso, lo que falla en ellos no es el cerebro, sino el corazón. Creo que es gente emocionalmente muy cobarde que necesita respuestas absolutas a las que agarrarse. Son como niños: tienen miedo a la complejidad del mundo, de la incertidumbre de la vida, y exigen que les cuenten cuentos tranquilizadores y consoladores. Pero lo terrible, lo imperdonable, es que sus dulces sueños irreales se terminan convirtiendo en atroces pesadillas verdaderas para incontables víctimas.

- Rosa Montero, Paraísos de muerte, El País [Ver aquí: http://elpais.com/elpais/2016/02/08/eps/1454935585_849499.html].

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