miércoles, 29 de junio de 2016

Los guerreros de Xian/terracota.

¿Cómo se consiguió realizar una obra de esta magnitud? // Dado el número de ejércitos a los que había masacrado –las crónicas afirman que en una ocasión exterminó 450.000 soldados del reino de Zhao– y el número de reclutas propios a los que había hecho morir en combate, Qin Shihuang necesitaba un ejército para poderse mover con comodidad en el airado mundo de los muertos, que llegarían sin duda por el Este, procedentes de la gran llanura central donde se habían asentado los reinos recién conquistados. // Probablemente, los altos comandantes reales fueron enterrados en vida para garantizar mejor la eficacia del conjunto, ya sea en la cámara funeraria aún sin excavar o en fosas adyacentes.// Así es como funciona la escritura china, en la que unas pocas docenas de trazos básicos se combinan para formar decenas de miles de caracteres, así es como organizan su arquitectura tradicional de madera y así funcionan sus manuales de pintura. // Nada permitía sospechar entonces la extensión del complejo funerario: 56 kilómetros cuadrados.// Aun así, el túmulo de 515 metros de norte a sur, y 485 de este a oeste que contiene la cámara funeraria enterrada a más de 30 metros de profundidad sigue sin excavar. // Los chinos no quieren correr ningun riesgo –lo que les obliga a procedimientos lentísimos–, ni quieren tampoco aceptar ayuda extranjera –dado que han convertido esta tumba en el símbolo de su nación.// Los chinos intentan ahora desentrañar por sí solos los misterios: una tecnología avanzadísima con sensores remotos les permite fotografiar con detalle los monumentos y objetos que aún protege la tierra en espera de que las innovaciones tecnológicas les permitan por fin excavarla con seguridad.Ahora sabemos, además de la descripción de Sima Qian, que la cámara funeraria que se encuentra bajo el túmulo mide 80 metros por 50 y tiene forma de pirámide truncada invertida. La rodea una muralla de 145 metros por 125, de 15 metros de anchura y 30 de altura.

[Ver completo aquí: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/07/28/actualidad/1343491048_081487.html]

El miedo a la venganza del prójimo permanece en nuestras carnes hasta incluso después de la muerte. Toda cultura, ya sea la Occidental o la Oriental, necesita creer que hay algo después de la muerte. Pero, ¿tan desesperados vivimos? Es cierto que la vida se hace corta, pero muchas culturas se han creado en torno a esa creencia ( o mejor dicho, esa necesidad de creer). 
La magnitud del ejército me recuerda muchísimo a los 100.000 hijos de San Luis que la Santa Alianza envió en 1823 desde el Congreso de Verona en ayuda de Fernando VII de España. Quizá se asemejen en cantidad, o incluso los guerreros ganen a los hijos de San Luis. 
Aunque digo yo que, depende de dónde terminaran después algunas de esas figuras, puede que de verdad haya conseguido su propósito. Si se han ido sacando los guerreros, aunque sea a cachos, muchos de ellos estarán repartidos por China o incluso hayan salido de allí. Como ocurre con el mito de Osiris, matado y descuartizado por su hermano Seth, quien después espació los pedazos por todo Egipto.




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