Una de proverbios

• Cuando apuntes con el dedo, recuerda que tres dedos te señalan a ti.
• Si quieres conocer el pasado, mira el presente que es su resultado. Si quieres conocer el futuro, mira el presente que es su causa.
• Procura que tus palabras sean mejor que el silencio.
• El que sonríe en vez de enfurecerse es siempre el más fuerte.
• Con la primera copa el hombre bebe vino; con la segunda el vino bebe vino, y con la tercera, el vino bebe al hombre.
• Encontrarse es el comienzo de la separación.
• El que teme sufrir ya sufre el temor.
• El tiempo presente, al mentarlo ya es ausente.
• Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
• Si te gusta alguien por su físico, no es amor, es deseo; si te gusta por su inteligencia, no es amor, es admiración; si te gusta por su riqueza, no es amor, es interés. Pero si no sabes por qué te gusta, entonces eso sí que es amor.
• La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.
• La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
• Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta.
• Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada.
• Con mis maestro he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más.
• Un tropezón puede prevenir una caída.
• Del escuchar procede la sabiduría y del hablar el arrepentimiento,
• Todos los hombres estamos hechos del mismo molde, pero no del mismo barro.
• Si tu mal tiene remedio, ¿por qué te quejas? Si no lo tiene, ¿por qué te quejas?
• La mitad de la alegría reside en hablar de ella.
• Las palabras son enanos, los ejemplos son gigantes.
• La lluvia sólo es un problema si no te quieres mojar.
• Mejor ser abofeteado con la verdad que besado con una mentira.
• Si no quieres que se sepa, no lo hagas.