sábado, 25 de julio de 2015

Querido Oscar Wilde,

  • Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame.
  • No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.
  • Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.
  • Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más.
  • La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.
  • Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie.
  • No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
  • Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que existir.
  • Si nosotros somos tan dados a juzgar a los demás, es debido a que temblamos por nosotros mismos.
  • La educación es algo admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede enseñar.
  • Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida.
  • Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su buen carácter y a mis enemigos por su inteligencia.
  • Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo estar equivocado.
  • A mí dadme lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo.
  • Es terriblemente triste eso de que el talento dure más que la belleza.
  • Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista.
  • No soy tan joven como para saberlo todo.
  • Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho.
  • Es bastante difícil no ser injusto con lo que uno ama.
  • No hay hombre lo bastante rico para comprar su pasado.
  • A veces pienso que Dios creando al hombre sobreestimó un poco su habilidad.
  • Los libros que el mundo llama inmorales son los que muestran su propia vergüenza.
  • Mejor ser un cohete caído que no haber resplandecido nunca.
  • Los hombre jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los hombres viejos quieren ser infieles y no lo logran.
  • El sufrimiento es el medio por el cual existimos, porque es el único gracias al cual tenemos conciencia de existir.
  • Logro resistirlo todo, salvo la tentación.
  • Resulta de todo punto monstruosa la forma en que la gente va por ahí hoy en día criticándote a tus espaldas por cosas que son absolutamente y completamente ciertas.
  • Siempre traspaso los buenos consejos que me dan. Es para lo único que sirven.
  • Más veces descubrimos nuestra sabiduría con nuestros disparates que con nuestra ilustración.
  • Tengo gustos simples. Me satisfago con lo mejor.
  • La desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la desobediencia y la rebelión se ha realizado el progreso.
  • Se llama matrimonio de conveniencia a un matrimonio de personas que no se convienen en absoluto.
  • Es peligroso escuchar. Se corre el riesgo de que le convenzan; y un hombre que permite que le convenzan con una razón, es un ser absolutamente irracional.
  • Matar es una estupidez. Nunca debe hacerse nada de lo que no se pueda hablar en la sobremesa.
  • La mayoría de las personas son otras: sus pensamientos, las opiniones de otros; su vida, una imitación; sus pasiones, una cita.
  • En los mejores días del arte no existían los críticos del arte.
  • Los viejos lo creen todo; los adultos todo lo sospechan; mientras que los jóvenes todo lo saben.
  • El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.
  • La razón de que todos seamos tan amigos de pensar bien de los demás, es que todos tememos por nosotros mismos. La base del optimismo es simplemente el miedo.
  • Cualquiera puede hacer una cosa, el mérito está en hacer creer al mundo que uno lo ha hecho.
  • Mientras la guerra sea considerada como mala, conservará su fascinación. Cuando sea tenida por vulgar, cesará su popularidad.
  • El deber es lo que esperamos que hagan los demás, no lo que hacemos nosotros mismos.
  • Jamás viajo sin mi diario. Siempre debería llevarse algo estupendo para leer en el tren.
  • Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos.
  • El escultor piensa en mármol.
  • Un capricho se diferencia de una gran pasión en que el capricho dura toda la vida.
  • Una sociedad se embrutece más con el empleo habitual de los castigos que con la repetición de los delitos.

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